Algunas noches son importantes no porque lo que pasa en ellas, sino por lo que significan…

El 22 de noviembre de 2013, el Plaza Condesa fue testigo del cierre de una historia: la de Austin TV. Tras una década de sacudir la escena mexicana con su música, el quinteto de rock instrumental puso un punto a su carrera. Nadie sabía a ciencia cierta si ese era el final, pero todos guardábamos la esperanza del regreso. Y esperamos, esperamos, esperamos.

Muchos cambios ocurrieron en nueve años. Un terremoto de los duros, una pandemia, el ascenso de nuevos rostros a los grandes escenarios, la llegada de las plataformas de streaming, el Plaza cerró sus puertas… pero, invariablemente, cada vez que el anuncio del cartel de Vive Latino se sentía cerca, la esperanza de ver el nombre entre los nombres surgía implacable. ¿Para cuándo la reunión de Austin TV?

Con el paso de los años, la esperanza se desgastó poco a poco. Pero cada tanto emergía de las entrañas de ese olvido que amenazaba con tragársela. DJ Perro lanzó su cover de “Marduk”, Fontana Bella arribó a plataformas y cada uno de los eternos enmascarados recorrió nuevos caminos en la vida y en la música.

¿Sabes guardar un secreto? Si la confidencia tiene la facultad de cimbrar el alma de miles de personas es mucho más difícil mantenerla oculta. ¿Hace cuánto decidió Austin TV que era el momento de volver? ¿Cuántas veces tuvieron que mentir para que la sorpresa tuviera el impacto deseado? ¿Quiénes fueron los guardianes de ese obsequio largamente esperado?

El sábado 24 de septiembre, varias zonas de la Ciudad de México amanecieron tapizadas con la frase bandera: “Tu cara no importa, importas tú”. Tres días más tarde, un nuevo tema floreció: “De la orquídea y la avispa”. ¿Un inédito, un adelanto, qué era eso? No importaba mucho, en realidad, pues la voz fue la misma en todas partes: ¡Austin TV está de vuelta!

Las redes se llenaron de mensajes que aplaudían el regreso pero que, sobre todo, hacían gala de gratitud por haber marcado una etapa importante de las vidas de los fans. Aún no lográbamos recuperarnos del feliz sobresalto cuando se anunció el concierto en el Alicia. Más tarde notificaron su cancelación por motivos de seguridad. Y bien pronto dieron a conocer la nueva sede: el Foro Indie Rocks. Los  boletos se agotaron en cuestión de minutos…

Una tras otra, las noticias nos montaron en una montaña rusa de emociones cuyas subidas y bajadas se parecen mucho a esas rolas que siempre supieron asombrarnos. Entonces llegó la noche…

Desde horas antes, las inmediaciones del Foro Indie Rocks se llenaron de gente en busca de una entrada. ¡Tenían que estar ahí! El ambiente era singular: lleno de emociones contenidas, de recuerdos esperando el momento justo de estallar en lágrimas, de expectativa por ser la primera vez que muchos verían a Austin TV en vivo. Los tendidos de merch quedaron vacíos y Mabe Fratti, la artista guatemalteca invitada para abrir el show, puso el ambiente en estado de perfecta psicodelia para lo que estaba por venir.

Frente al escenario se colocó una enorme bandera con el logo de Austin TV. Las bocinas lanzaban The Clash hacia un público que aguardaba impaciente. Luces moradas. Un pasillo alto a un costado del escenario. Máscaras entre el público… Entonces hicieron su aparición por el pasillo. Chiosan, Rata, Xna Yer, Totore y Héctor Fematt, quien tomará el lugar de Chavo en la guitarra, avanzaron con nerviosismo y sus nuevos uniformes hacia el escenario. El público se unió en un grito liberador. ¡Austin, Austin, Austin! El telón cayó… “somos y seremos siempre parte de un total”.

Es difícil describir lo siguiente. Ni siquiera estoy seguro de cuánto tiempo pasó. La eternidad de un instante feliz, claramente. Frases sueltas… “somos una banda sin líricas que tiene mucho que decir”, “aprendimos a pedir ayuda para sanar en conjunto”, “vamos a disfrutar esta noche como si fuera la última del mundo”, “¿qué ha pasado con ustedes estos años? ¿Tuvieron hijos? ¿Se casaron?”; el secreto a voces: ¡Nos vemos en Vive Latino 2023!

En un paseo que recorrió temas de cada uno de sus álbumes, Austin TV convirtió la noche en un solo corazón latiendo desbocado, saltando, agitando la cabeza. Un origami que fue orquídea, cisne, caballero, pánico, tardes, satélite, voces. En los rostros, los recuerdos emergieron con toda su fuerza; en las gargantas, la convicción de rizoma, de ser unidad. Pocos celulares grababan, el público estaba conectado con todos sus sentidos. Las atmósferas de ese jardín cuya entrada se bloqueó hace nueve años, seguían intactas.

Austin TV nos recordó anoche que no es una banda: es un lugar fuera del tiempo, un momento sin espacio. Gratitud, amor, entrega total. Un brutal recordatorio de la belleza de lo complejo, la aceptación del miedo a la soledad, el delicado abrazo de la distorsión… la respuesta muda más atinada para quienes creen que al rock ya no le queda nada por decir.

“Tu cara no importa, importas tú.” Algunas noches son importantes no porque lo que pasa en ellas, sino por lo que significan…

Foto: Zeus López
Texto: Fabián Aranda

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